NOCHE INVERNAL
Salí del cine, muy enfadada...me habían recomendado una película muy buena
¡ No te la pierdas...!, me comentaron en la oficina.
La película no lo niego,estaba bien dirigida y documentada.
"Para mi gusto una película realmente dura...yo solo quería pasar un viernes distendido y sin dolor de cabeza".
En la calle arreciaba el viento,la gente salía del cine buscando protección en los soportales y guarecerse del viento helador. Por el contrario yo necesitaba despejar mi mente y respirar fuerte y tomé la decisión de enfrentarme cara al viento, sujeté mi gorro con las dos manos, el abrigo de tweed gris que compré al principio del otoño y la bufanda blanca ocultando mi nariz y mi boca.
Caminaba ensimismada en mis pensamientos, intentando comprender el porqué de la realidad expuesta en la película: sí...sí era solo una película, me repetía a mi misma, ya... basada en un hecho real, ambiciones, intereses económicos,avasallamientos de las multinacionales e incluso ciertos gobiernos era lo que causaban semejantes barbaridades, ah...claro...siempre nos parecen lejanos, haciéndonos cómplices de semejantes desmanes
Por otro lado Rodrigo salía de casa de su hermana y de su cuñado,prácticamente su única familia, desde hace como un año y medio. Sus padre fallecieron en un viaje de avión y quedaron su hermana y él al cuidado de unos familiares, cuando cumplieron la mayoría de edad se independizaron y emigraron a la ciudad.
Hacia unas semanas que su hermana salía del hospital con un par de gemelos, el trabajo le había impedido acompañarla como le hubiera gustado.
Sus días de descanso comenzaron a mediados de semana y su prioridad era conocer a sus sobrinos, tiempo que aprovechó para visitarlos.Al llegar el primer día le invitaron a comer, sin embargo les pidió posponer la comida o cena para el viernes.
Legó el viernes y Rodrigo se presentó a mediodía en casa de su hermana, los niños dormían y tuvieron suerte..,la comida fue tranquila y pudieron disfrutarla,..hasta el momento que los niños demandaron con llantos sus cuidados, en principio fue un juego para Rodrigo y al final se despidió necesitaba recuperar su normalidad.
El tiempo no obstante era frío y desapacible; sin embargo necesitaba ese cambio,de todas maneras le gustaba esos días en que apenas transitaba la gente por la calle, caminó deprisa por la orilla del río y se adentró en la ciudad y se dirigió a la paz de su hotel... A lo lejos divisó a la única persona que desafiaba al temporal, iba tan abrigada que apenas se apreciaba su identidad.
Cuando fue llegando a su altura se dio cuenta que era una joven tan abrigada y con la mirada puesta en el suelo, ella no se había percatado de su presencia hasta que se toparon en la acera.
Yo había caminado casi en circulo, en mis ojos se reflejaban los adoquines de la acera,esquivando el viento helador,vi unos zapatos de caballero acercándose,estuvimos un momento pasa tu...paso yo... al final levante mi cabeza y descubrí al dueño de los zapatos, me quedé asombrada frente a mí,
¡un joven, con unos enormes ojos negros,el pelo revuelto por el viento dándole un aspecto interesante y salvaje a la vez..."como escapado de una revista de moda..."
Me sonrió franca y abiertamente.mi desconcierto aumentaba...
—Señorita—me dijo—.Puede que este tropiezo contenga un significado especial.
Su voz me sonó grave y gutural...Grabándose en mi mente como música celestial. La situación dio paso a cierta comicidad que me hizo sonreír y olvidar mis ingratas reflexiones sobre la película, a la vez que me arrimaba a la pared.
—Ja ja...lo siento—.Al final me atreví a hablar—acabo de salir del cine y voy despistada y el tiempo tampoco ayuda.
—¿Ha visto la película del Rocal?—me preguntó, el joven intentando iniciar una conversación.
—Si por desgracia la he visto—contesté—.Liberando mi boca de la bufanda, hubiera sido mejor no haber salido de casa—añadí.
—La entiendo perfectamente, yo estuve ayer con unos amigos y no pareció una película dura... y compleja...—me comento ,el joven.
—Señorita ya puestos de acuerdo en algo podemos tomar un café juntos si le apetece...y podremos seguir hablando, si nos quedamos aquí seguro...seguro...nos congelaremos.¿No le parece?.
—Vale de acuerdo—contesté,sujetándome de nuevo el gorro—.Si hace bastante frío y me vendría bien un café bien caliente.
Sonaban las diez y cuarto en el reloj del ayuntamiento; así que se encaminaron al bar más cercano, al entrar ambos notaron el cambio de temperatura, se acomodaron en las banquetas, las mesas estaban ocupadas,el joven se frotó las manos y ella dejo el gorro y los guantes encima de la barra,allí dentro le resultaban molestos.
—Me llamo Laura—le dije, y tú ¿como te llamas?—.Añadí,¿podemos tutearnos no...?
—Ahh...sí perdona,¡que despiste! me llamo Rodrigo.
Tomamos el café bien caliente y charlamos amigablemente, no recuerdo cual era el tema,estaba más pendiente de sus gestos y ademanes. En ese momento se abrió la puerta del bar filtrándose una ráfaga de viento, que nos hizo girar hacia ella, entrando una compañera de trabajo, mirándonos saludándome con un guiño "Saludo que no pasó desapercibido para Rodrigo".
—¿Es amiga tuya?—me preguntó.
—Bueno...es una compañera de trabajo,¡Es una cotilla...!—le contesté—,Bajando el tono de voz ,el lunes se enterará todo el mundo en la oficina,donde...y con quien...he pasado el viernes—le explique dándole un toque de ironía.
—Si te molesta cambiamos de bar,o mejor aún ,¡te invito a cenar..!.—me lo sugirió, con entusiasmo,el tiempo no es el más apropiado para pasear¿no estas de acuerdo conmigo...?
Laura no se lo esperaba, se acababan de conocer,la verdad que el chico no estaba nada... que nada mal.... Se le presentaba una situación nueva para ella y no podía desperdiciarla, tardó unos segundos... en contestar. Lo que hizo dudar al joven si ella aceptaría su invitación.
—¿No entra en tus planes la posibilidad de ir a cenar?—.Con la pregunta interrumpió las cavilaciones de Laura.
—Oh sí ...sí creo que es la mejor idea—contestó ,bajando la mirada.
Se abrocho el abrigo,se colocó el gorro y los guantes y salieron del bar.
—¿.Dónde podemos ir?—cuestionó Laura con ansiedad.
—En este momento no se me ocurre ningún restaurante cerca—contestó Rodrigo, añadiendo—Yo vivo a dos calles de aquí en un hotel, si quieres podemos acercarnos
—Será lo mejor, aquí parados nos congelaremos—respondió Laura, dando por aceptada la iniciativa de Rodrigo.
Se miraron y sonrieron ambos a la vez,sorprendiéndose ella misma de su comportamiento. Pasaron las calles con rapidez e incluso sin pararse en el semáforo. Laura se hallaba inmersa en una serie de contradicciones sobre el momento que había aceptado, su compañero de trabajo, Miguel, la había invitado en varias ocasiones y nunca aceptó, quizás porque no quería compromisos en el trabajo.
Entraron al hotel y tomaron el segundo ascensor, que les subió a la quinta planta, dónde se alojaba Rodrigo. Ya en la planta, el pasillo iluminado y enmoquetado con mucho gusto dándole un toque de calidez, terminando en un rellano circular bordeado por tres puertas dobles. Rodrigo extrajo las llaves del bolsillo del pantalón y haciendo una reverencia invitó a entrar a Laura.
—¿Vives aquí en el hotel...?—pregunté.
—Adelante señorita, vivo aquí, independiente del hotel con todas sus comodidades, sin preocuparme por la labores propias de una casa, limpieza, comidas...¿Te gusta...?.
—¡Que gozada...¡—manifestó Laura, con entusiasmo
—Podemos bajar al restaurante a cenar, o puedo llamar que nos la suban—añadió Rodrigo
—Aquí se esta bien, la temperatura y la compañía son agradables—Laura intentó coquetear con su anfitrión.
Este se acerco al teléfono con naturalidad marcando el numero de servicio,mientras era observado por una Laura, irreconocible y se le ocurrió una pregunta, que no dudó en planteársela
—.Rodrigo ¿estas casado...?—Verbalizó su pensamiento.
La imprevista pregunta sorprendió a Rodrigo, al mismo tiempo que ella se ruborizaba por la indiscreción cometida.
—Estoy separado desde...hace año y medio—contestó, con un gesto de desagrado y mirando a Laura cambió de tema sin más.
Laura se mantuvo callada y pensativa, en realidad que estaba haciendo allí con un desconocido, es verdad que sentía una atracción especial, a veces conoces a una amiga de toda la vida sin embargo no te inspira confianza y otras veces una persona que acabas de conocer, se convierte en tu confidente.
—.Ponte cómoda, estas en tu casa,¡ libérate del abrigo! aquí no pasaras frío... en invierno tengo puesto el aire acondicionado.
Agradecí las palabras de Rodrigo, después de mi metedura de pata. Hacia dos meses que me había dejado plantada mi novio...« Bueno es un decir novio...novio... Llevábamos saliendo poco tiempo,desapareció... sin ninguna explicación por su parte y no le he vuelto a ver...
Me distraje mirando el apartamento,los colores las comodidades normales de un hotel, no obstante me resultaba un tanto impersonal.
Rodrigo colocó mi abrigo sobre una silla y el suyo lo colgó en el armario desatándose con naturalidad el primer botón de su camisa, tuve la intuición de ser un hombre ordenado.
—.En media hora nos subirán la cena—me comunicó, he pedido una botella de cava¡ bien fría...!—.Y añadió, acercándose sigilosamente—.Así sellaremos nuestro grato encuentro.
—.Bueno...normalmente bebo cerveza, no estoy acostumbrada a beber cava, quizás con la cena me anime—le indiqué, con una tímida sonrisa.
Sonrisa que Rodrigo no pudo apreciar al dirigirse a elegir música en el hilo musical del hotel, melodías de los ochenta, la música preferida de Laura,se sentó frente a ella tarareando la canción con gracia y ahora la pregunta indiscreta se la formulaba a ella, si tenía novio o pareja y esta se sintió aliviada al contarle su desgraciada y corta historia de amor.
—.Ya te veo más tranquila—.Sentí cierta preocupación en su tono de voz—.Y añadió, cuando vayas al cine elige bien lo que vas a ver y no te llevarás sorpresas.
No me molestó su indicación en parte tenía razón, acepté como buena la opción de mis compañeros.
—Claro aquí me encuentro mejor que en la calle con el chaparrón que está cayendo—respondí a su pregunta, me comentaron que era una buena película y a veces no es sinónimo de bonita, prefiero ver películas como distracción« ya hay demasiados problemas en la vida.
—Laura tengo la sensación...de que eres muy romántica...¿me equivoco?,te has puesto como la grana...—.Dime, ¿he acertado?
—Bueno no me da vergüenza confesarlo, soy romántica.
—Te noto agobiada.. si es por el calor te puedo dejar una camisa y estarás más fresca—.Añadió Rodrigo.
—No...no..no hace falta, debajo del jersey llevo una camiseta, de todos modos gracias—contestó Laura—Haciendo el ademán de ponerse de pie y quitarse el jersey.
Rodrigo no pudo evitar observarla y mirarla con otros ojos, la joven ganaba en las distancias cortas y los descubrimientos sobre ella le empezaban a gustar, desde su separación no había mantenido ninguna relación, y encontraba en Laura una fuerza y una atracción que ya creía olvidadas.
Laura continuó la conversación con una pregunta y evitar el silencio que se adueñaba de los dos desconocidos.
—¿En que trabajas...?,no se puede vivir en un hotel, si no se tiene un medio de vida.
—.Soy piloto militar, mi trabajo consiste en probar aviones nuevos, traerlos desde el lugar de origen a nuestros hangares, hemos estado de maniobras y me corresponden unos días de descanso.
—.¿Que aviones pilotas...?,parece un trabajo muy interesante—se interesó Laura.
—Aquí tengo una revista en el que vienen fotos del" Caza", fíjate en este avión es un EUROFTHER 2015 traspasa la velocidad del sonido, cuando salimos de exploración vamos dos compañeros y debemos llevar las mascaras de oxigeno.
—.Debe ser apasionante—Laura cada vez más sorprendida.
La clase magistral que le estaba dando Rodrigo acerca de los aviones le ayudaba air deshaciendo sus miedos y su interés aumentaba, atractivo e inteligente, el encuentro imprevisible le aumentaba su autoestima volviéndose más segura y borrando toda clase de prejuicio. Cada vez que le miraba a los ojos tan profundos le producían mariposas en el estomago, estaba excitada y no sabía como disimularlo. En ese momento llamaron a la puerta.
—.Toc...toc...—.Rodrigo abrió la puerta.
El camarero paso con la mesa de la cena, saludo a Rodrigo y muy discreto se marchó y cerró la puerta tras él.
—.Cenaremos más cómodos en la mesa del comedor—afirmando y dirigiéndose a Laura.
Esta se levantó del sofá y la camiseta se le ajusto al cuerpo mostrando una silueta que a Rodrigo le gustó,la miró de reojo para no que no se sintiera observada, Pensó que poseía bonito cuerpo era una mujer agradable,por primera vez en mucho tiempo se sentía bien con una mujer; su separación
fue complicada y había decidido no aventurarse con ninguna mujer.
Laura si notó su mirada y se ruborizó, él intentó disimular, sus miradas se encontraron produciéndose una aureola de complicidad entre ambos.
.La cena transcurrió en buen ambiente charlando de cosas triviales de sus vidas,la falta de costumbre de beber de Laura le dio un punto alegre.
—.El postre podemos tomarlo en el sofá—sugirió Rodrigo, estaremos más relajados
—.Sí... claro,como quieras—contestó Laura sin atreverse a mirarle.
Nos sentamos en el sofá, sentía su aliento muy cerca de mí y seguramente estaría sonrojada, con el plato del postre en la mano,se me quedó un trozo de tarta en el labio,é suavemente puso sus dedos en mi boca provocando de nuevo otra mirada excitante, demasiado cerca... y me besó.
—.Perdona..,ha sido un impulso al tenerte tan cerca—se disculpó.
Yo mantuve la mirada se acercó de nuevo acariciándome los hombros y los brazos y me atrajo hacia él. nos besamos tímidamente, la pasión que se había desatado nos llevó a más,levanté mis brazos y le acaricié la nuca besándonos con pasión, sensación que no había experimentado con mi novio « Me sentía trasportada a un harén donde esta noche poseía al Jeque solo para mí»
Yo temblaba de deseo...me reclino cuidadosamente en el sofá y recorrió mi cuerpo con la punta de los dedos,pasando por mi pecho, se detuvo en mí ombligo besándomelo, la música sonaba... una canción tras otra sin parar, se puso de rodillas en la alfombra y me descalzó.
Me acomodé en el sofá y él se tendió sobre mí...sin apenas rozarme, me sentía flotando, mi excitación aumentaba con cada suspiro...cada segundo...era todo un caballero y sabía como hacerme feliz.
Acariciaba mi cuello, dándome besos pequeños y rápidos. !Mi cuerpo se estremecía de placer...¡ fue quitándome las horquillas una... a una...dejando que la melena cayera sobre mis hombros, aspiró su perfume...
—«.Hueles a fruta fresca a melocotón»—me susurró al oído, tu piel es fina y tersa.
No le contesté,estaba demasiado nerviosa, nos incorporamos y al son de la música bailamos, mis manos en su nuca y las suyas recorriendo todo mi cuerpo...me tomó en sus brazos y me llevó al dormitorio.
Realmente estaba viviendo una situación que ni siquiera soñara alguna vez, sobre la cama de Rodrigo, un desconocido al que deseaba con todo ardor.
—.¡¿Soñaba...?, todo me parecía irreal...!
Desabrochó los últimos botones de su camisa tomándome por la cintura, le notaba entre mis piernas,me abandonaba mi camiseta a la vez que todos mis miedos, estiré los brazos y la dejé caer
Rodrigo se recostó a mi lado con la cabeza ladeada y sus profundos ojos clavados en los mios despidiendo un brillo especial
—.Laura eres preciosa—susurraba...delicadamente a mi oído.
Me di la vuelta hacia él, mi respiración se aceleraba, nos encontramos desnudos entre las suaves y blancas sábanas del hotel. Nuestras piernas entrelazadas, mi mirada puesta en sus ojos negros, nos unimos con ardor y fiereza quedándonos sudorosos, relajados y separamos nuestros cuerpos necesitamos respirar.
Laura se quedó con la mirada fija en el techo con el pensamiento en Rodrigo¿habría sentido lo mismo que ella—se preguntaba...
Me besó, se levantó de la cama y se dirigió a la sala volviendo con las dos copas llenas de cava.
—¡.Brindamos...por nuestro bello encuentro!

Había perdido la noción del tiempo ya...no me importaba, no tendría otro momento tan intenso como este, me incorporé...saboreando como nunca la bebida de mi copa
Rodrigo se sentó a mi lado con una mirada tierna ,bebí un sorbo de la copa,me cedió su hombro donde apoyé mi cabeza. Así abrazados nos mantuvimos en silencio yo intuía en él la misma sensación... que nuestro encuentro casual era una señal del destino, dejamos las copas y nos tumbamos en la cama, todavía era de noche, a mi no me esperaba nadie y a Rodrigo tampoco.
Fue la noche invernal más cálida—pensé...¿ habrá más noches de invierno como esta...?,¡Lo deseaba en lo más recóndito de mi corazón...!
¿Rodrigo lo desearía también...?
M.B.G.
EL PUZZLE DE BEATRIZ